Natura xilocae

Journal of observation, study and conservation of Nature Lands Jiloca Gallocanta (Aragon) / Journal de l'observation, l'étude et la conservation de la nature et des Terres de Jiloca Gallocanta (Aragon) / Journal der Beobachtung, Erforschung und Erhaltung der Natur und der Lands Jiloca Gallocanta (Aragon) / Gazzetta di osservazione, lo studio e la conservazione della natura e Terre Jiloca Gallocanta (Aragona) / Jornal de observação, estudo e conservação da Natureza e Jiloca Terras Gallocanta (Aragão)

miércoles, 7 de enero de 2015

REBOLLONES DE LOMA

El pasado mes de agosto vino muy seco. Pintaba muy mal otoño de hongos.

Septiembre nos trajo una par de buenas tormentas que refrescaron los montes y cargaron agua en el suelo del bosque. Los aficionados optimistas empezaban a preparar las cestas, aunque había que esperar a ver qué pasaba en el mes de octubre. Y no tardaron muchos días en sacarlas, pues a primeros de octubre ya se veían los primeros rebollones recogidos en la contornada. ¿Cómo podía ser si este hongo necesita humedad prolongada en el mantillo?

La clave estaba en las tormentas con pedrisco que se produjeron en julio en puntos localizados del alto Pancrudo.

Las pedregadas son muy dañinas para los cultivos y para muchos seres vivos. Pero si caen en los pinares, fuerzan la caída de hojas secas –y no tan secas- sobre el suelo formándose una capa de hojarasca que retiene la humedad del suelo y activa el desarrollo de los hongos que ha permanecido latente en el mantillo elaborado.

Nos habían dirigido hacia un pinar situado en la divisoria entre la cuenca del Jiloca y la del Pancrudo. Había que entrar por la pista agrícola que une Bañón y Lidón, dejando a un lado el pinar de la Dehesa de Bañón, en el que no merecía la pena buscar, hasta atisbar el pinar de La Balsa, en el monte de Corbatón.

 mapa corbatón 1 

Ambos son pinares de repoblación plantados a finales de la década de los ‘60 del pasado siglo sobre lomas y cabezos. Pastos ganaderos y ambientes esteparios valiosos para la avifauna –y para los múltiples invertebrados- que tienen como hábitat las parameras creadas tras la deforestación.

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Son cultivos madereros de pino negral (Pinus nigra) de muy lento crecimiento, con cierta capacidad protectora y de escaso valor ecológico. Fue una lástima que no se aprovechara esa energía para plantar o, al menos, favorecer los rebollares, la formación vegetal propia de estos montes.

En cualquier caso, estos pinares van rindiendo cosechas de rebollones fomentando el ocio en el monte y, en algún caso, generando rentas tras la venta del los mismos. Pero, pensándolo bien, también lo hubieran hecho los robledales, aunque con otras especies de hongos.

Pero a lo que íbamos. Nos internamos en el pinar y muy pronto dimos con ellos. Es un gozo verlos emerger entre el césped y los líquenes …

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En su gran mayoría eran rebollones pertenecientes a la especie Lactarius sanguifluus. Se trata de un hongo muy abundante en los pinares mediterráneos. Tiene un látex de un color sanguinolento que se torna verdoso en contacto con el aire y un sombrero, con anillos concéntricos de color marrón oscuro, que adquiere forma de embudo al crecer.

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El crecimiento de los pinos depende completamente de la presencia de este y de otros hongos con los que forma micorrizas. Las raíces de la conífera siguen a los micelios de los hongos colonizando nuevos territorios y consiguiendo gracias a ellos los nutrientes minerales que precisan.

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Había otras muchas especies de hongos  …

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creciendo tanto en zonas abiertas …

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como en zonas de medio sombra …

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Nos llamaba la atención que en el sotobosque del pinar las especies de plantas leñosas eran las mismas que crecían en la paramera. Enebros, erizos , tomillos, ajedreas, potentillas … Más altivas, de hojas algo mayores, pero las mismas plantas. Es una prueba de la escasa capacidad de modificar el microclima que presentan las repoblaciones de pinos. Las herbáceas, ya era otra cosa. Crecían densos céspedes de gramíneas más propias de vaguadas que de los cabezos.

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Estos pinares inmersos entre los cultivos de cereal …

foto aérea corbatón 

y los pastizales ralos de las parameras …

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… son experimentos forestales que han creado un paisaje insólito y que son fruto de un modelo de gestión propio de otra época.

4 comentarios:

Fer dijo...

Este año cenamos rebollones en Nochebuena, me los regalaron unos días antes, recién cogidos de los pinares de Codos.

Las temperaturas suaves y la ausencia de heladas hasta prácticamente la Navidad propició que la temporada se prolongase más... :-)

José Antonio Sánchez. dijo...

El sábado 27 de diciembre en el pinar de Bañón cogí unas 18 especies distintas de setas frescas,de estas me clasificaron en Biodiversidad Virtual 14 generos distintos y entre estos especies comestibles como babosas trihcolomas y tres especies de lepistas: L.nuda,L.sordida y L.flaccida,fue el ultimo día setero,el 28 domingo el pinar de Corbatón estaba nevado con mucho viento y mucho frio,vamos pa no salir de casa.

Unknown dijo...

Pinus nigra fue plantado en estos lugares x la imposibilidad de plantar Q.faginea ya que el suelo está degradado hasta el extremo. La función de P.nigra es edafizar, favorecer la formación de matéria orgániza creando suelo donde posteriormente se instalan (de forma natural, aunq la idea era tener dinero para ahcerlo de forma artificial) Q.ilex Q.faginea J.thurifera. Aparte de este apunte, hay que decir que Pinus nigra si estaba en toda la cuenca del río Piedra Jiloca y Mesa, al igual que si que estaba el P.pinaster (resinero) en la sierra de Sta cruz y de Caldereros, por estudios polínicos hace mas de 1000 años, pero al no rebrotar fueron los primeros eliminados y no se pudieron regenerar de cepa como si que ocurre con encinas y rebollos.
Aparte de esta idea que queria transmitir, felicidades por tu blog, me parece que hace mucha falta en esta zona potenciar el ecoturismo y acercar a la gente al campo.

Anónimo dijo...

El problema, entre otros, es que las administraciones públicas, mayoritariamente, continúan con las repoblaciones de especies de pinos vengan bien al lugar, vengan mal o lo que sea.

No se plantean restituir o favorecer un poco siquiera al resto de especies arbóreas y arbustivas en sus plantaciones en casi ninguna ocasión. Así, aún en sitios donde sí podrían entrar directamente los Q. faginea autóctonos de la zona, la administración, en caso de que haga algo, pondrá pinos y casi sólo pinos. Además, aunque la especie de pino sea autóctona -y en ocasiones han puesto pinos de subespecies lejanas- la semilla de la que nacieron los pinos repoblados es de un ecotipo distinto al de la zona. Por no hablar de cuando están tan mal hechas que los plantan pegados.

Es trabajo de la sociedad civil interesada en la conservación de la Naturaleza y en promover su biodiversidad contribuir a que otras especies autóctonas puedan cuando menos salpicar nuestros pinares y a exigir el empleo de estas otras valiosas especies en las actuaciones públicas y privadas en el medio natural.