Natura xilocae

Journal of observation, study and conservation of Nature Lands Jiloca Gallocanta (Aragon) / Journal de l'observation, l'étude et la conservation de la nature et des Terres de Jiloca Gallocanta (Aragon) / Journal der Beobachtung, Erforschung und Erhaltung der Natur und der Lands Jiloca Gallocanta (Aragon) / Gazzetta di osservazione, lo studio e la conservazione della natura e Terre Jiloca Gallocanta (Aragona) / Jornal de observação, estudo e conservação da Natureza e Jiloca Terras Gallocanta (Aragão)

lunes, 4 de marzo de 2013

LOS INCENDIOS SE APAGAN EN INVIERNO

El título de este artículo, ha sido escuchado por tantas y tantas personas en la boca de nuestros políticos que creo se merece hablemos un poco del tema.

¿Es cierto que los incendios se apagan en invierno? ¿Hay incendios forestales fuera del periodo estival? ¿Cómo se apagan los incendios en esta época del año? ¿Quién lo hace? ¿Cómo influyen los trabajos silvícolas en los incendios forestales? Estas son algunas preguntas muy frecuentes que se nos pueden pasar fácilmente por la cabeza cuando estamos escuchando la radio y sale el político de turno diciéndonos eso, que los incendios se apagan en invierno.

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Es cierto, bajo mi punto de vista, que buena parte de los incendios se podrían apagar en invierno, o mejor dicho prevenir. Pero de ahí a que los incendios se apaguen en invierno va mucho trozo, sobre todo porque, para que los incendios se puedan prevenir en invierno, tiene que haber gente contratada para hacerlo. La verdad es que desde las BRIF del Ministerio, que estamos gestionados por tragsa, no nos podemos quejar este año (en la duración temporal del trabajo quiero decir), ya que hemos empezado a finales de enero a trabajar y estaremos haciendo nuestras labores de prevención y extinción de incendios forestales hasta mediados de diciembre. Pero situación bien distinta es la de nuestros compañeros del Gobierno de Aragón, gestionados por sarga, que, de momento, sólo han sido contratados los brigadistas helitransportados, que han comenzado con sus labores preventivas sin helicóptero. ¿Qué pasa con el resto de cuadrillas terrestres? ¿Ellos no van a apagar los incendios en invierno? ¿No queremos que prevengan esos incendios forestales que luego tantas pérdidas, materiales y humanas, se cobran en verano? ¿No queremos que se profesionalicen, dándoles una continuidad laboral que al menos les permita vivir de tu trabajo? Esta es la realidad de los que trabajamos en este mundo, en este trabajo vocacional, que desempeñamos por menos de mil euros al mes, y en el que nunca sabemos cuántos meses vamos a trabajar al año.

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Y después de esta reflexión, que no estaría mal los políticos nos contaran después de llenarse la boca con las palabras que dan título a esta entrada, vamos a explicar un poco cómo se previenen los incendios forestales en poca invernal.

En esta época del año, los incendios no se apagan con helicópteros, agua y batefuegos, ni con azadas, pulaskys y mcleods. Se apagan con motosierra y desbrozadora.

Las dos principales labores que podemos hacer en este tiempo para prevenir esos temidos incendios veraniegos son dos: hacer zonas de cortafuegos en crestas para interrumpir la continuidad del combustible, y podar y aclarar el monte que lo necesita para evitar la propagación, o al menos ralentizarla, en caso de que se produzca un incendio.

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En el caso de podar y aclarar un pinar, encinar, marojal… también estaría bien, que, cuando un director, ministro u otro cargo similar se pone las medallas de la actuación preventiva de incendios, nos dijera que en muchos de los casos las zonas tratadas son solamente los primeros metros a ambos lados de los caminos. ¿Y eso? Quizás sean los caminos sitios estratégicos donde hacer tratamientos silvícolas, o puede que sea que sólo se ordena hacer estos tratamientos en las zonas que la gente va a ver más fácilmente (como se suele decir, el lavado del gato).

En cualquiera de los casos, igual abriendo cortafuegos, que aclarando o podando montes, la cantidad de residuos forestales generados son tremendos, la madera, va barata. Los troncos de pinos son extraídos del monte y utilizados, bien para biomasa, papel, aglomerado, o serrería en el caso de la mejor madera, pero las ramas son más difíciles de gestionar. Hasta hace poco, en nuestra comunidad se trituraban con una picadora, haciéndolas trozos pequeños fáciles de descomponer y de asimilar, aportando buena cantidad de materia orgánica al horizonte del suelo, pero por razón de costes, parece ser, esto se está dejando de hacer.

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Entonces nos quedan dos opciones: dejar todo el residuo en el sitio, como ha pasado en una zona del pinar de Daroca que fue podada hace ya medio año, convirtiendo la zona en un auténtico polvorín de ramas secas, que tardarán años en descomponerse y aportar materia orgánica al suelo. O la segunda opción, que sería quemar los restos, en hogueras controladas dentro del propio monte. Esta labor tan poco grata, pero eso sí, bastante beneficiosa para nuestros montes (que es de lo que se trata), es por la que se está apostando este año en Aragón; tanto nosotros, la BRIF del Ministerio, como los medios del gobierno de Aragón que están contratados, estamos realizando quemas de los restos de podas y aclareos que llevamos a cabo el año pasado.

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Respecto a los incendios forestales, similares a los veraniegos, también se actúa. Eso sí, también hace falta que el personal especializado esté contratado, claro. Que bien reciente tenemos el incendio que arrasó más de 300 hectáreas el pasado mes de enero en la zona de Montanuy, muy cercana, a la zona afectada hace poco menos de un año y que calcinó más de 1600 hectáreas. Esta vez, el incendio sorprendió a todos los responsables del dispositivo contra incendios forestales de Aragón, y también a los estatales, ya que ninguna de las diez BRIF que el Ministerio tiene distribuidas en el territorio nacional estaba en funcionamiento, dado que los trabajadores nos encontrábamos en el paro; situación idéntica tenían los compañeros del Gobierno de Aragón que, a excepción de la brigada helitransportada de Alcorisa, también estaban en el paro, junto con los conductores de las autobombas (que, por cierto, tampoco estaban disponibles), de tal modo que tuvieron que ser las Comunidades adyacentes a la nuestra (Cataluña, Navarra y Valencia) las que aportaran medios para controlar y extinguir el incendio, una situación para valorar cada uno por sí mismo, aunque en cualquier caso se podría tachar de vergonzosa, tanto para el Gobierno de Aragón, como para el Ministerio, por tener a su personal especializado en estos incendios sin contratar.

Agustín Catalán

3 comentarios:

Maria dijo...

¡Hola!

Disculpa que te escriba públicamente, pero navegando por Internet he encontrado tu blog y me gustaría hacerte una propuesta.

¿Estarías interesado en intercambiar enlaces o algún artículo para subir posiciones en Google?

Si es así, me gustaría contactar contigo. Mi email es: mmartinsanchez51@gmail.com

¡Un saludo!

Anónimo dijo...

Cada vez que oigo hablar de desbrozar para prevenir incendios me pregunto quién y cómo selecciona qué se debe desbrozar.
P. ej., sin hacer una lista, de entre todas las especies herbáceas, arbustivas y de tamaño inferior a un árbol hay varias cuyo estado es o debería ser de protección, ¿alguien controla que eso no sea arrasado?
Mucho me temo que, en general, no.

De entre las más comunes de estas plantas de tamaño inferior a un árbol, parece claro que se llevan por delante un buen número. Aquí la pregunta sería, ¿queremos mantener el sotobosque de nuestros montes, que es parte de la estructura ecológica del lugar, o queremos extensos pinares sin prácticamente nada debajo de los pinos, carrascas, robles, etc...?
Eso no es un bosque y, sin sotobosque, nunca lo será.
En términos parecidos podríamos hablar de la "solución" de meter el ganado al monte: ahí sí que no hay selección alguna de qué y cuánto se come. Si acaso quizás en base a las costumbres de la especie en concreto, pero no es suficiente, al menos en algunos casos.

El tema de la prevención de incendios es difícil, escabroso y no se ve una solución clara, pero sí deberíamos plantearnos como sociedad (fuera de gobiernos y empresas) si queremos promover que nuestras masas forestales se conviertan en bosques mediterráneos o en meros montes arbolados.
Que sí, que mejor que estén arbolados que pelados, con todas las excepciones según zonas y hábitats que son pertinentes, pero no sé si algún día, con nuestros aciertos y errores, conseguiremos cambiar el chip y encaminarnos a prevenir incendios y proteger el monte a la par que permitimos su natural evolución allí donde se pueda.

Saludos

Anónimo dijo...

Anónimo.
Creo que has centrado muy bien el problema.
¿De verdad queremos recuperar los bosques?