Natura xilocae

Journal of observation, study and conservation of Nature Lands Jiloca Gallocanta (Aragon) / Journal de l'observation, l'étude et la conservation de la nature et des Terres de Jiloca Gallocanta (Aragon) / Journal der Beobachtung, Erforschung und Erhaltung der Natur und der Lands Jiloca Gallocanta (Aragon) / Gazzetta di osservazione, lo studio e la conservazione della natura e Terre Jiloca Gallocanta (Aragona) / Jornal de observação, estudo e conservação da Natureza e Jiloca Terras Gallocanta (Aragão)

lunes, 7 de febrero de 2011

ESTABILIDAD ATMOSFÉRICA

Hoy hemos amanecido con una ligera helada (-3 ºC), tras una noche con ausencia de nubosidad y uno de estos cielos estrellados denominación de origen Teruel.

El día ha sido muy soleado, alcanzándose temperaturas de hasta 16 ºC. Sin viento y escasa nubosidad. Propio de los que se producen durante los anticiclones invernales, no en vano la presión atmosférica era de 1023 mb.

En la vega de Calamocha esta tarde han estado quemando rastrojos de panizo.

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La estabilidad atmosférica era tal que el penacho de humo tenía problemas para elevarse, incluso para diseminarse. Parecían fantasmas…

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En el cielo, sobre el fondo del valle y extendiéndose hacia Valdellosa (nuestro querido dragón durmiente) se dibujaban unas nubes que nos parece que son cirroestratos.

Algo similar ocurría el pasado día 26 de enero, un día despejado con vientos suaves del norte (estos días eran del sur en nuestra comarca). Por la tarde estuve recorriendo con un compañero los montes de Tauste, en el límite norte del incendio de San Gregorio de agosto de 2009, allí donde el monte da paso al Campo de Tauste, una gran superficie llana dedicada por completo al cereal.

Desde esta zona podía divisarse gran parte del valle del Ebro, parte de vega era navarra, la otra ya aragonesa. En ambas, multitud de pequeñas humaredas se repartían por el territorio. Eran decenas de fuegos con sus penachos de humo ascendiendo algunos metros, no demasiado.

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Estas situaciones son muy típicas durante las situaciones anticiclónicas. La ausencia de viento y el buen tiempo anima a los agricultores a quemar rastrojos y ribazos. No seremos Madrid ni Barcelona, pero los valles se llenan de humo con estas prácticas actuando a modo de chimenea horizontal de manera que no hay rincón que se salve del humo. Nuestras ropas tendidas al aire libre también lo notan y el proceso se agrava con la llegada de la noche y el descenso de la temperatura.

Las inversiones térmicas que se producen en este tipo de situaciones atmosféricas son muy importantes, con varios grados de diferencia entre las zonas elevadas y los valles. Esta diferencia de temperatura entre el valle cargado de aire frío (pesado) impide ascender al aire cálido procedente de chimeneas y hogueras. Es frecuente, por ejemplo, ver por las noches el humo de nuestras chimeneas bajar hacia las calles. Son noches con “olor a pueblo”.

En situaciones “normales” la temperatura de la atmósfera desciende 1ºC por cada 100 metros que ascendemos, siguiendo el modelo de gradiente adiabático seco. Sin embargo, en situaciones de inversión térmica, la temperatura aumenta con la altitud hasta cierta altura, la “cima de la inversión térmica”, momento a partir de la cual desciende. Es posible incluso calcular la altura aproximada de la capa de inversión, sólo es necesario conocer la temperatura a la misma hora en el valle (con su altitud correspondiente) y en una zona (o zonas) más altas.

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Hay varios procesos mediante los cuales se forman inversiones térmicas en los valles. En este caso se trata de un proceso de inversión térmica por subsidencia en altura, debida al calentamiento adiabático de las capas intermedias de la atmósfera provocado por el movimiento descendente del aire en el seno de los anticiclones. El aire desciende, se comprime y por consiguiente se calienta.

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Las chimeneas de las centrales térmicas como la de Andorra son diseñadas precisamente para que en estos casos el humo salga lo más lejos posible de la superficie y lo más cercano a la capa de inversión térmica, incluso por encima de ella, de manera que asciende o bien se expande horizontalmente, sin llegar a descender hasta la superficie.

Estas situaciones son muy peligrosas especialmente en las grandes ciudades, al aumentar los niveles de contaminación y de partículas en suspensión, como está ocurriendo estos días.

Chabier y Fer

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