Natura xilocae

Journal of observation, study and conservation of Nature Lands Jiloca Gallocanta (Aragon) / Journal de l'observation, l'étude et la conservation de la nature et des Terres de Jiloca Gallocanta (Aragon) / Journal der Beobachtung, Erforschung und Erhaltung der Natur und der Lands Jiloca Gallocanta (Aragon) / Gazzetta di osservazione, lo studio e la conservazione della natura e Terre Jiloca Gallocanta (Aragona) / Jornal de observação, estudo e conservação da Natureza e Jiloca Terras Gallocanta (Aragão)

sábado, 31 de enero de 2009

AVENIDA ORDINARIA DEL EBRO DESDE EL ESPACIO

Con ayuda de MODIS hemos visto desde el espacio la superficie de agua de nuestras lagunas, la cobertura nubosa, varios tipos de nubes, la nieve de nuestras montañas...

Hoy vamos a ver los efectos de las últimas lluvias en todo el norte peninsular. Ayer fue un día bastante despejado en toda la ibérica y gran parte del valle del Ebro y las imagenes de MODIS fueron muy buenas. En ellas se observan la crecida del río Ebro a las puertas de Zaragoza. Pongo una imagen del pasado día 21 para comparar, la más reciente en la que se observa el valle del Ebro de forma bastante nítida, sin nubosidad, y en condiciones normales. Pincha las imagenes para ampliar.

Puede apreciarse la extensión que abarca el río, especialmente en los meandros, que llegan a cubrirse por completo.

viernes, 30 de enero de 2009

UNA TARDE ESTUPENDA

Hoy viernes, aprovechando que salía el sol después de un montón de días sin verlo y con temperaturas próximas a los 15 ºC he salido a dar una vuelta por Gallocanta.

Después de las abundantes lluvias la laguna de Carabejas ha ganado mucha agua y se han inundado campos cercanos. Allí había un buen grupo de grullas.


La laguna de la Zaida seguía también con mucha agua. Los girasoles este año no se cosecharán. Resulta curioso verlos en medio del gran charco.





Gallocanta estaba espectacular. Nada que ver con las últimas fotos del temporal que nos mostró Chabier en Diario de un Paisaje. Las aguas estaban muy tranquilas y el sol se ponía poco a poco por el horizonte.

viernes, 23 de enero de 2009

MALOS DÍAS PARA NUESTROS CHOPOS CABECEROS

La Agencia Estatal de Meteorología advierte que durante los días 23 y 24 de enero se producirán fuertes vientos en prácticamente toda la península ibérica, especialmente en el norte. Allí esperan mar arbolada y montañosa, que según la escala Douglas, son casi las olas más grandes conocidas (Escala: Calma, rizada, marejadilla, marejada, fuerte marejada, gruesa, muy gruesa, arbolada, montañosa, enorme). Posiblemente no se conozca nada semejante en los últimos tiempos en toda la zona cantábrica. Estos vientos tan fuertes se producen al paso de una profunda borrasca que se va a pasear a escasas millas de la costa cantábrica.

En el Jiloca pasaremos de fuertes vientos del oeste con rachas de hasta 100 Km. del día 23 a "VIENTOS DE COMPONENTE OESTE FUERTES O MUY FUERTES, CON POSIBLES RACHAS HURACANADAS" para el día 24, según AEMET.

Pues lo dicho, que van a ser muy malos días para los maltrechos chopos cabeceros. Muchas ramas, de muchos ejemplares, quebrarán.

Quizá sean unos buenos días para ver olas en la orilla este de la laguna Gallocanta. Pero seguro que lo mejor, quedarse en casa a contemplar un fenómeno más de este invierno que no da tregua.

Puedes ver unas estupendas fotografías de este fenómeno de oleaje que capturó Chabier el sábado 24 en Gallocanta pulsando aquí.

domingo, 18 de enero de 2009

MICRO REPOBLACIONES

El pasado 6 de abril de 2008, aprovechando la visita de los VoluntaRíos a la zona del Pancrudo, plantamos unas 100 sabinas en una zona incendiada en marzo del 2005 en el término municipal de Cutanda, junto al río Pancrudo.

Se trataba de una zona de matorral y herbazal, con pies dispersos de quejigos, guillomos, sabinas y efedras. El incendio afectó de manera desigual a una amplia zona de unas 100 ha, pero una de las laderas quedó completamente arrasada, con muy pocos pies arbóreos vivos.



Realizamos una pequeña repoblación con sabinas dispersas en una media hectárea, distribuidas al azar. Era una ladera orientada al oeste - noroeste, con un viejo aterrazado de antiguos cultivos, con bastante suelo y roca dispersa y bastante disgregada. El método de ahoyado fue manual con azada, con distancias irregulares pero de al menos 2 a 3 metros entre plantas, y la planta era sabina albar de 1 savia en alveolo forestal.

Hoy he estado en la zona haciendo un muestreo. El porcentaje de marras existente es bajísimo. Ronda el 2,85% (de 35 plantas de muestreo, tan sólo 1 estaba muerta). En el total, seguramente el portentaje de marras será aun menor.

Todas las sabinas fueron plantadas al azar y se intentó que todas dispusiesen de un castillete de piedras alrededor de las mismas, o al menos 180º de la exposición sur. El año fue muy bueno en lluvias, pero las piedras se me antojan muy importantes en estas zonas tan desprotegidas para el desarrollo de las pequeñas plantas. En verano ofrecen sombra y protección frente a la luz solar directa y a la desecación (si las piedras o el castillete ofrece un tamaño considerable). Ahora en invierno, frente a las nevadas y las heladas, ofrecen sombra donde la nieve y la escarcha va derritiéndose poco a poco y la planta goza de un aporte de agua continuo, manteniendo la humedad en el suelo de forma más prolongada, y por lo tanto decisiva.

En general, el valor de estas micro repoblaciones es enorme. Pequeñas superficies ofrecen, controlando la mayoría de factores microambientales (exitencia de pequeñas vagüadas, sombras de arbustos, castilletes de piedras) unos resultados sorprendetemente buenos, frente a grandes actuaciones, donde estos factores no se suelen tener en cuenta, y se prima más el ahoyado mecánico y su distribución regular (tresbolillo o marco real), así como una superficie mayor.

En cuencas como el Pancrudo, ampliamente deforestadas, las micro repoblaciones deberían de ser promovidas por los ayuntamientos allí donde dispongan de terreno desnudo o falto de cobertura vegetal. Con una mínima inversión económica puede llegar a hacerse mucho, y el control y seguimiento es mucho menos complejo.

La vegetación de amplias zonas ha quedado completamente arrasada hace décadas, de forma que el establecimiento natural de la vegetación arbórea y arbustiva es extremadamente lenta y difícil. Si se consiguiese, mediante estas pequeñas repoblaciones, establecer una mínima superficie con especies leñosas autóctonas en aquellas zonas más favorables (vagüadas, laderas con exposiciones norte - noroeste - noreste, o zonas más expuestas previa construcción de castilletes de piedras) ganaríamos mucho tiempo, ya que el establecimiento de esta cobertura arbórea propiciaría la dispersión de árboles y arbustos a zonas cercanas en un futuro no muy lejano.

domingo, 11 de enero de 2009

A LA CAZA DE MICROMETEORITOS

¿Quién se anima? Parece muy interesante... y muy fácil de hacer. http://www.alpoma.net/tecob/?p=1055


TEMPERATURA MÍNIMA

El pasado miércoles, dia 7, dejé un termómetro de máximas y mínimas colocado en el fondo del valle que se abre entre Calamocha y Bañón, en la denominada "Hoya del Juncal" o "Arroyo de la Cañada", en la partida de Santa Quiteria, al suroeste del campo de aviación de Calamocha.


Este valle es sin duda una de las zonas más frías de la comarca. Su condición de "valle dentro del valle" permite que tenga unas características muy particulares de cara a las heladas invernales. Al ser una zona desprotegida, libre de vegetación (es una zona completamente cultivada por cereal de secano) sus diferencias térmicas son notables.

El episodio de ola de frío siberiano que hemos pasado era una buena oportunidad de comprobar la fiabilidad de estas observaciones e intuiciones. Tras la primera nevada, del dia de reyes, la zona se cubrió de nieve, un factor muy importante de cara a alcanzar temperaturas bajísimas. No fue así, o al menos no tanto como se esperaba, ya que la mayor parte de estos días el cielo ha estado cubierto, soplaba algo de viento y las heladas por radiación no han sido demasiado fuertes. No obstante, la temperatura mínima alcanzada en estos días allí ha sido de -12ºC. La máxima de 1,5ºC.

Pese a que en estas entradas frías las temperaturas más bajas se producen en las zonas más altas, en los valles, si se despeja, pueden darse situaciones de inversión térmica muy acusadas. Esto fue lo que ocurrió con los míticos -30º C de Calamocha, en aquel gélido 17 de diciembre de 1963. Suelo nevado, cielo despejado y viento en calma. Los ingredientes para una auténtica noche de hielo en el Jiloca. Además, esta mínima se dio en el observatorio que el INM tenía en las inmediaciones del campo de aviación, antes de que se trasladase a la actual ubicación, junto a San Roque.

Como dato curioso, en Valdellosa ya van 6 días completos prácticamente bajo cero...


Además, el Campo Romanos, toda la sierra de Cucalón y gran parte del Jiloca y Gallocanta aun mantenían hoy su manto nivoso. La laguna parecía completamente helada.


jueves, 8 de enero de 2009

LAS NEVADAS DESDE MODIS

La nevada del pasado día de Reyes se veía perfectamente en esta imagen de Terra Modis del día 7. Puede apreciarse el manto nivoso en forma de color turquesa, más importante en todo el Jiloca medio, Pancrudo y cuenca de Gallocanta.

Pulsa en la imagen para verla ampliada. Estos días se esperan más nevadas en todo nuestro territorio y temperaturas muy bajas, tanto las máximas como las mínimas.

martes, 6 de enero de 2009

LENTEJAS DE AGUA

Desde hace algún tiempo se vienen observando una gran cantidad de lentejas de agua tanto en el río Jiloca como en sus acequias y cauces. Me quedé asombrado por la abundancia en la zona de Caminreal hace unas semanas, pero ahora también se ve mucha por Calamocha, en las zonas con más remansos, y especialmente en las grandes y pequeñas acequias de riego.


La abundancia de la lenteja de agua puede deberse a varios factores, pero desde luego no es algo muy común verla en tal cantidad, menos aun quizá en esta época del año. Lo que está claro es que temperatura y especialmente la abundancia de nutrientes en el agua, ha disparado la población de estas plantas acuáticas, que tienen un poder colonizador tremendo.

Lentejas de agua en "La Cangrejera", a la entrada de una pequeña acequia

En teoría la presencia de estas plantas debería ser buena de cara a mejorar la calidad del agua, ya que actuan como pequeños filtros verdes.

¿Por qué hay tanta lenteja de agua en el Jiloca de un tiempo a esta parte? Quizá un análisis de las tablas publicadas por la CHE en la que analizan los parámetros de las aguas superficiales nos de alguna pista de qué está pasando en el río. Pero para eso deberemos esperar unos meses, ya que las sacan pasado un tiempo. No estaría mal hacer un análisis de agua de nuestras acequias de riego y del río. ¿Estarán los nitratos detrás de todo esto? ¿Tendrá que ver con el nivel de nuestros acuíferos y la abundancia de lluvias otoñales?

UN PAISAJE MUY ESPECIAL

Ayer día 5 volvía de Zaragoza y nada más bajar Paniza me percaté que había una buena cencellada o dorondón. Conforme me acercaba al Campo Romanos iba siendo cada vez más espectacular, al tiempo que la temperatura bajaba hasta los -2 ºC. Era sobre la una de la tarde y la niebla helada lo cubría todo.


Los almendros y todo el arbolado disperso de esta zona lucían un brillo especial. A lo lejos parecía que estaban en flor. Flor de invierno.


Como no me pude resistir a tomar unas fotos salí por Ferreruela. Allí se abría un pequeño claro y el hielo se iba rápidamente con el sol, pero aun así saqué unas cuantas.

Nuestros paisajes más genuinos se visten con colores y formas con el paso de las estaciones. El invierno es una de las más fructíferas y espectaculares.


Esta misma tarde he salido a dar un paseo tras la nevada que ha estado cayendo durante un buen rato. Había un espesor que variaba entre los 5 y los 8 cm., según zonas. El paisaje estaba espectacular, y no hacía demasiado frío. Rondábamos los 0ºC. Al rato, ha comenzado a nevar con fuerza de nuevo. Vuelta a casa, misión cumplida.






Una gozada.

lunes, 5 de enero de 2009

ADOLFO ARAGÜÉS, EL PIONERO DE LA ORNITOLOGÍA EN ARAGÓN

Hace unas semanas tuvo lugar la presentación en Zaragoza del libro titulado Naturaleza, ornitólogos y pajareros cuyo autor es Adolfo Aragüés y que ha sido editado por el Ayuntamiento de dicha ciudad.
Estos días llegó a mis manos. De un tirón, lo he leído. Su lectura es muy recomendable para entender el desarrollo de la Ornitología y de la conservación de la Naturaleza en Aragón durante el pasado siglo y, por tanto, la situación actual.

A lo largo de sus páginas se van desgranando las vivencias del autor al introducirse en el mundo de la observación, del estudio y de la conservación de las aves, desde su juventud (allá en la década de los años 50) hasta nuestros días.

En ellas se comentan los primeros contactos con los fundadores de la Sociedad Española de Ornitología y la creación, alrededor de Adolfo Aragüés, de un núcleo en Aragón (bueno, en Zaragoza) de discípulos, tan jóvenes como entusiastas, en dicha disciplina zoológica. Se relatan cómo surgieron los primeros estudios sobre las aves de los sotos del Ebro y de los roquedos y pastos de montaña en el Pirineo. Describe el autor cómo iba descubriendo el valor ambiental de las estepas, un medio tan denostado socialmente que con su denominación de secarral estaba todo dicho.

Al mismo tiempo fueron dando los primeros pasos del anillamiento como técnica para conocer la biología de las aves. A su vez, fue estableciendo unos contactos con ornitólogos de otras zonas que influyeron de forma decisiva en la conservación de los ecosistemas aragoneses. A partir del respaldo de las sociedades ornitológicas y de una sociedad en plena transformación se abordaron las campañas para preservar de una destrucción segura algunos de los espacios naturales más emblemáticos: los Galachos del Ebro, el cañón de Añisclo, las lagunas de Gallocanta y de Sariñena, las estepas de Belchite o de Monegros.

La necesidad de conservar la Naturaleza iba calando lentamente en una sociedad conforme se iba alejando de ella. Este cambio en la mentalidad colectiva es difícil de entender para las generaciones actuales; tenemos de él una visión parcial los que estamos en mediana edad, mientras que es percibido con facilidad por nuestros mayores. Es, en definitiva, el paso de una sociedad preocupada por subsistir e imposibilitada para opinar como la de la posguerra, a otra como la actual, con las necesidades básicas cubiertas y que comienza a valorar la cultura y la Naturaleza. Todo ello en una tierra como Aragón en la que la escasa gente ilustrada no se aproximaba a las ciencias, salvo desde una perspectiva productiva, y en la que el patrimonio aún se asocia a Historia y Arte. En ese marco, la labor de Adolfo Aragües fue tremenda.

Precisamente esos son los capítulos que más me han interesado. El imaginar los primeros pasos. Los viajes en autobús o tranvía a los secanos y sotos de los alrededores de Zaragoza, el uso de los prismáticos en el cuartel durante el servicio militar, el descubrimiento de los primeros libros sobre aves (¡en inglés o en francés!), el aprendizaje de la sabiduría popular de los pajareros, etc.

En definitiva, son los pasos que hemos seguido, varias décadas después, otras personas que, con más medios y en un ambiente más favorable, hemos tomado el camino de disfrutar y sufrir con la observación, el estudio y la conservación de las aves y sus hábitats.

Toda una generación de naturalistas surgimos en los años 70 de la pasión que nos transmitió Félix Rodríguez de la Fuente en su programa El Hombre y la Tierra. Era como una semilla sembrada. Su germinación fue lenta y no exenta de dificultades. ¿En que montañas se escondían el lobo ibérico, el oso pardo o el águila real? ¿Dónde estaba la fauna ibérica de los documentales de Félix en los campos y montes de nuestros pueblos? Ante nosotros teníamos unos paisajes que dejaban de ser como para las generaciones anteriores y que comenzábamos a contemplar con la fascinación por la vida silvestre. Algo que en Inglaterra, por ejemplo, hacía más de un siglo que ya venía ocurriendo.

Entonces, en el verano de 1981, cuando Félix nos había dejado huérfanos tras su accidente de Alaska, llegó a las librerías Fauna de Aragón: Las aves.

Adolfo Aragüés y Javier Lucientes, desde sus páginas, nos ayudaron a descubrir y comprender el paisaje rural y el enorme patrimonio ornitológico ....de Aragón. Una comunidad sin facultad de Ciencias Biológicas y sin Escuela de Ingenieros de Montes. Adolfo y su equipo nos transmitía el fruto de veinte años de observación y estudio de las aves en esta tierra, con la pasión de su espíritu y el poso de su experiencia. Esa fue otra enorme contribución. Tras su germinación, la semilla de Félix encontraba un suelo rico en humus.

Cierto es que ya habían comenzado una intensa labor divulgativa, primero en la prensa y después en la radio que resultó muy importante. Hacer a cambiar la mentalidad de la sociedad zaragozana, tan ufana de su urbanidad como desconsiderada de su pasado rural, no era nada fácil. Pero esta tarea no llegó a otros territorios y gentes de buena parte de Aragón.

Aquel libro fue toda una referencia. Nos mostró los caminos para comprender que la conservación de las aves es también la de los ecosistemas. Nos hizo ver que era posible a hacer ciencia estudiando los pájaros de nuestros pueblos.

Queremos agradecer especialmente el esfuerzo realizado en difundir y proteger la laguna de Gallocanta. Por esos azares de la historia, la pluviometría de la década de los 70 permitió unos niveles en este humedal que le hicieron ser, en poblaciones de aves acuáticas, uno de los más importantes de Europa y el segundo en la península Ibérica, tras Doñana. En el momento de máximo apogeo del desarrollismo agrario que, tras roturar miles de hectáreas de bosque, no dudaba en desecar la laguna para su puesta en cultivo. En aquel difícil momento, precisamente, Adolfo y su equipo, pusieron a Gallocanta en su lugar ante los investigadores y la sociedad.

Desde estas líneas, queremos trasmitir nuestra admiración y gratitud a personas como Adolfo Aragüés.

viernes, 2 de enero de 2009

ANTIPODES MAP

Antipodes Map es una aplicación realizada en entorno Google Maps que te muestra el antípoda o las antípodas del lugar que se desee.


Siempre había oído que la antípoda de la península ibérica era Australia. Pues bien, no es así. Exactamente es Nueva Zelanda. En Calamocha, por ejemplo, la antípoda sería una zona cercana a la costa de esta isla.

Tienes más información aquí.